miércoles, 23 de mayo de 2012


Hacia un nuevo cristianismo «
Hacia un nuevo cristianismo
Jose Arregi,
23-Mayo-2012
Todo se mueve y se renueva. Se mueve el sol, la luna y la tierra, el átomo y la estrella. Se mueve el aire, el agua, la llama, la hoja. Se mueve la sangre, el corazón, el cuerpo, el alma. Todo se mueve, nada se repite. Todo es calma y danza, quietud en movimiento. Lo que no se mueve se muere, pero incluso en lo que muere todo se mueve. Se mueve el Espíritu de Dios, energía del amor, verdor de la Vida. Se mueve Dios, el Misterio que todo lo mueve y lo impulsa al amor y la belleza.Déjate llevar.
 Hace 2.500 años, un profeta  lleno de fervor, de poesía y esperanza, animaba a unos pobres judíos desterrados en Babilonia, actual Irak: “No recordéis las cosas pasadas, no penséis en lo antiguo. Voy a hacer algo nuevo, ya está brotando, ¿no lo notáis?” (Isaías 43,19). La liberación es posible. La esperanza es posible. Otro mundo es posible, además de necesario. Abre los ojos: ya está brotando, ¿no lo notas?
Hace 2.500 años, un poderoso viento espiritual sopló sobre la Tierra desde China hasta Grecia, y removió y llenó de frescura muchas tradiciones religiosas que estaban anquilosadas, como suelen. Un aire nuevo, una nueva era.  La mística desafió al sistema, la ética se impuso a las creencias, la razón penetró en los mitos, el anhelo de justicia se enfrentó a los poderes, el ansia de igualdad contestó a las jerarquías clericales. Más allá de todos los dioses, confesaron a un Dios único, pero al Dios único y separado lo destronaron de su trono celeste y lo adoraron como misterio y corazón de todo lo real, el Todo en cada parte.
Fue una obra espiritual formidable de hombres iluminados y libres: Confucio el político y Laozi el místico en la vieja y vasta China; Buda el despierto y Mahavira el no-violento y los filósofos místicos de las Upanishads en la India multicolor de todas las divinidades; Zoroastro el profeta del bien y de la renovación del cosmos en la sabia Persia fronteriza del Este y del Oeste; Isaías el profeta optimista y Jeremías el profeta lloroso en la estrecha franca de Israel o Palestina; Pitágoras y Heráclito, Sócrates, Platón y Aristóteles, y Zenón de Citio, fundador del estoicismo, en la luminosa Grecia. Se diría que estaban concertados. No lo estaban, pero respiraban el mismo Espíritu que sopla siempre en todas partes.
Fueron hombres geniales y llevaron a cabo una extraordinaria revolución espiritual. ¿Y las mujeres? Es seguro que nada hicieron sin las mujeres, pero eso no lo reconocieron, no las reconocieron; esa revolución quedó en suspenso, y aun sigue pendiente en las grandes religiones.
A aquel tiempo se le conoce como “tiempo eje” o “era axial” (K. Jaspers). Hay un antes y un después, aunque pronto las religiones volvieron a dejarse arrastrar por sus viejas inercias.
¿Y hoy? Si no nos mienten todos los observadores y si no nos engañan todos los signos, nos encontramos de lleno en un nuevo “tiempo eje” similar a aquel de hace 2.500 años.  Una profunda transformación espiritual es posible y necesaria en todo el planeta.
¿Y el cristianismo? Nos hallamos ante un claro dilema: o convertirnos en un gueto cultural irrelevante o revivir el evangelio y repensar el cristianismo para que sea levadura también mañana. Más allá de la letra de todas las escrituras y de todos los dogmas. Más allá del Vaticano II. Más allá, hacia donde nos lleva el Espíritu que inspiró a Jesús y su movimiento. Hacia un nuevo paradigma. Ya está en marcha, ¿no lo notas?
Para orar. TIEMPO DEL ESPÍRITU
No es la hora del miedo y la soledad.
No es el tiempo de la dispersión.
No es el momento de hacer los caminos en solitario.
No es la época de la uniformidad.
No es el instante de la pregunta sin salida.
No son los días de desesperar.
Es la hora del Espíritu.
Es la hora de la comunión.
Es el tiempo de la verdad.
Es la hora de la libertad.
Es la hora de quienes tienen oídos para oír.
Es la hora de quienes tienen corazón de carne y no de piedra.
Es el tiempo de los que adoran en Espíritu y Verdad.
Es el tiempo de los que creen y esperan.
Es el tiempo para los que se quieran hacer nuevos.
Es el tiempo para los que quieran hacer lo nuevo.
Es ahora cuando todo es posible.
Es ahora el tiempo del Espíritu.
Es ahora cuando los creyentes pueden proclamar:
“Me ha enviado a proclamar la paz y la alegría”
(Ávaro Ginel)
Publicado en http://www.atrio.org

PERMISOS


PERMISOS



Me lo cuenta Migueli a propósito de su nuevo CD para niños “El amor lo arregla todo”. Se puso a  cantar con un grupo esta canción:


“Gabriel el ángel me saludó:
-Hola María ¿qué tal estás?
- Yo aquí jugando… ¿y tú?
-Yo aquí volando…”
Y un obispo presente corrigió con bondad: “María no estaría jugando, sino rezando”.


Vaya por Dios. Otro permiso menos para María y de paso para nosotros, con lo que escasean los permisos en esta Iglesia nuestra, tanto que a veces no queda otro remedio que tomárselos sin pedirlos.


Permiso para jugar, para dudar, para disentir, para saltarse una norma que asfixia, para celebrar con más espontaneidad, para proponer otros lenguajes de fe que ensanchen el del catecismo, para preguntar a algunos si de verdad creen que el color negro complace más a la divinidad, o si los ropajes con puntillas no resultan rarísimos hoy.


Por lo que cuenta el Evangelio, María debió sentir que Dios le daba permiso para hacerse un lío y no entender a la primera, para preguntar cómo iba a ser aquello del niño siendo soltera;  para decir después a Jesús que cómo se le había ocurrido quedarse en Jerusalén sin avisar; para animar a los de Caná a llenar las tinajas hasta arriba, porque de convencer a su hijo de que había llegado su hora ya se encargaba ella… Y tampoco pidió permiso para ir a buscarle y tratar de que comiera algo,  que con tanto ajetreo de gente, le veía un poco desmejorado.


Cobijados bajo el manto de Nuestra Señora de la Santa Permisión, vamos a concedernos algún permiso, que estamos en Mayo. Y a regalar el CD a cuantas criaturas comulgantes se nos pongan a tiro. Y no llevo comisión.




 Dolores Aleixandre
(Publicado en www.feadulta.com)